Sardinas en escabeche

Mi padre decía, "la mujer y la sardina, cuanto mas pequeña más fina". En estos momentos le hubieran tildado de machista, pero no había nadie que respetara a las mujeres tanto como él lo hacía.

Siempre que pienso en sardinas se me pone cara de gato, me encantan las sardinas, pero..., dejan un fuerte olor en la cocina que por mucho que digan es imposible prescindir de él, entonces mi truco es el más fácil de todos los que hasta la fecha me han dado, y al mismo tiempo efectivo, las hago de cualquier manera posible menos fritas o asadas y, eso sí, sin cabeza. Y como la cocina siempre que guisas en ella, huele, como no podía ser de otra manera, si van a ir al horno procuro taparlas con papel de plata. Este es uno de las los mil trucos que os darán quedaos con el que mejor os parezca.

Ahora vamos con la receta.

Ingredientes para 4 personas:

  • 24 sardinas parrochas, de las pequeñitas
  • 2 vasos de aceite limpio
  • 1 vaso de vinagre
  • 1/2 vaso de agua
  • 8 o 10 granos de pimienta negra
  • 2 hojas de laurel
  • 1 ramita de perejil
  • 1/2 cebolla cortada en juliana
  • 2 ajos laminados
  • 2 zanahorias en aros
  • Sal 

Elaboración:

Limpiamos las sardinas sin quitarles la espina las vamos colocando en un recipiente donde nos quepan todas estiradas, empapamos el agua sobrante con papel de cocina y las metemos al congelador un mínimo de 48 horas, si pueden ser mas mejor, es por lo del anisakis. 

Pasado este tiempo, las sacamos del congelador y las dejamos que se descongelen en el frigorífico. Una vez descongeladas las salpimentamos.

En una sartén, o una cazuela lo más plana posible donde quepan todas extendidas, o como mucho en dos capas, echamos el aceite, el vinagre y el gua, todo al mismo tiempo, dejamos que empiece a hervir, tardará 3 o 4 minutos.

Pasado ese tiempo echamos los ajos, la cebolla y la zanahoria, junto con el laurel, perejil, ajos y granos de pimienta, esto lo dejamos cocer unos 5 o 6 minutos, rectificamos de sal y añadimos una cucharadita de pimentón dulce ligeramente humado (a mí me gusta el de La Vera).

Una vez que la salsa esté a nuestro gusto, vamos introduciendo las sardinas salpimentadas, una a una y las dejamos cocer, no más de 5 minutos,  a fuego suave. Dejamos que reposen y las ponemos en un recipiente de cristal, con cuidado de que no se rompan y que queden bien cubierta por la salsa.

Ponemos el recipiente en la nevera hasta que vayamos a consumirlas, de esta forma se conservan perfectamente, las podemos tomar frías o calientes, acompañando a una buena ensalada.

Sugerencias útiles:

Yo las hago con parrochas, pero podéis utilizar cualquier tipo de sardina que os apetezca.

El pimentón puede ser dulce o picante, al gusto. También podéis freirlo o no, si os decidís por la primera opción, calentáis ligeramente el aceite y echáis el pimentón, procurando que no se queme y a continuación el resto de la receta igual.