Lenguado asado en salsa de centollo

Estos lenguados iban a ser a la meuniere, a la molinera en román paladino, para que nos entendamos todos y como quiera que tengo la costumbre de ir probando las salsas según las voy haciendo, no me cuadraba mucho el excesivo sabor a limón, entonces recordé que el cocinero vasco Robinfood, en este guiso incluía un caldo de carne, lo cual tampoco me encajaba, y eché mano de un caldito que había reservado con anterioridad de cocer un centollo, y así salió la receta que os paso.

Por supuesto que no se parece en nada al meuniere, el cual dejo para mejor ocasión 

Ingredientes para 4 personas:

  • 4 lenguados de ración
  • 1 tacita de caldo de centollo ( puede valer otro caldo de marisco o pescado)
  • el zumo de medio limón
  • 50 grs. de mantequilla
  • 1 vaso pequeño de aceite de oliva suave
  • 4 ajos partidos en láminas
  • 1 cucharada de perejil fresco picado

2 patatas cocidas para la guarnición.

Elaboración:

Precalentar el horno a 180º con grill

Pedimos al pescadero que nos descame bien los lenguados, tanto la parte negra como la blanca, y ya en casa los lavamos y  los dejamos escurriendo hasta el momento de cocinarlos.

En un cazo echamos la mantequilla, la mitad del aceite y el zumo de limón, lo calentamos a fuego suave para que la mantequilla no se nos queme. Una vez fundida añadimos el caldo de centollo y la probamos para ver si está a nuestro gusto. Rectificamos de sal si es necesario (el caldo de centollo ya lleva sal).

Secamos con un papel de cocina los lenguados y los salpimentamos, los colocamos en la bandeja del horno, previamente untada con un poco de aceite o mantequilla y los rociamos con la salsa del cazo, (reservamos un poco para añadirla un momento antes de terminar la cocción).

Metemos la bandeja al horno durante 15 minutos a 180º, si os gustan más hechos añadir más tiempo.

5 minutos antes de sacarlos ponemos por encima los ajos partidos a nuestro gusto y el resto de la salsa, los dejamos que acaben de hacerse y una vez acabada la cocción,  los sacamos del horno para evitar que se seque la salsa.

Como guarnición: unas patatas cocidas y cortadas en rodajas,  las aliñamos con la misma salsa de los lenguados.

Sugerencias útiles:

Salvo excepciones, no me gusta quitar la piel a los pescados y menos aún si van a ir al horno, me parece que los resguarda del excesivo calor y evita que se sequen, pero sí es imprescindible que estén bien descamados.

La cosa del caldo de centollo fue en el último momento, cuando ya pensaba que los haría fritos y sin ninguna salsa, pero ya veis que guardar caldos tiene su utilidad.

Aunque fue un guiso improvisado, os recomiendo que lo hagáis pues salió muy rico.