Cinta de lomo de cerdo en fiambre

No es exactamente un fiambre, pero en mi casa siempre lo hemos tomado como tal, lo podemos comer tanto en un plato, acompañado de unos huevos fritos, o en un riquísimo bocata, ambos con unos pimientos fritos o asados, con unas hojas de lechuga y rodajas de tomate, eso siempre al gusto del consumidor.

Dura, bien envuelto, varios días en el frigorífico y si en la reutilización lo queremos templado, nada de horno ni microondas, un buen baño María lo dejará como recién hecho. Pero siempre podemos sacarlo de la nevera con antelación y tomarlo del tiempo. Mas facilidades imposible.

Elaboración:

Con un punzón o una puntilla muy afilada, pinchamos un poco toda la pieza de carne, no hace falta profundizar demasiado porque lo haremos por ambas caras.

Masajeamos la carne con un poco de aceite, sal y pimienta negra recién molida. Dejamos que repose durante media hora aproximadamente. 

Precalentamos el horno a 175ºC., mientras la carne reposa.

Ponemos una sartén en el fuego, pincelamos el fondo con aceite y cuando esté caliente marcamos la carne por ambos lados. Simplemente dar un poco de color a la misma.

A continuación ponemos la carne, con la parte grasa hacia arriba en una fuente de horno que no sea demasiado grande (lo más justa posible) echamos unos ajos enteros y pelados,  dos hojas de laurel y una ramita de tomillo, o cualquier ramita aromática que tengáis, sin olvidar el jugo que ha soltado la carne en la sartén.

Tapamos la fuente con papel de aluminio, procurando que no quede resquicio alguno, metemos la fuente en el horno y la dejamos durante 30 minutos; pasado ese tiempo sacamos la fuente del horno y vemos cómo está la carne, le damos la vuelta, volvemos a tapar y dejamos otros 30 minutos, si la carne se ha quedado muy seca, cosa poco probable, la rociamos con un poco de vino blanco. Después de este tiempo, nuestra carne lleva cociendo 1 hora a baja temperatura, ya estará hecha, le damos 15 minutos más, ya destapada y con el grill puesto, lista y a disfrutar.

La dejamos que enfríe para poder hacer las lonchas con facilidad, y elegimos la guarnición que más nos guste.

Esto se puede tomar frío o caliente, por lo que es un plato muy cómodo para tener preparado con antelación.

Sugerencias útiles:

La reducción de Pedro Ximénez se puede comprar ya hecha en una botellitas pequeñas son un poco caras,  pero duran mucho tiempo. 

También podéis hacer una reducción con un vaso de  vino tinto de buena calidad, dos cucharadas de azúcar y llevarlo al fuego hasta que al meter la cuchara nos salga un hilo de la mezcla. En mi opinión no merece la pena, pero no deja de ser una prueba para nosotros mismos.

Este lomo en una casa con niños, resulta un fiambre estupendo y de calidad, sin ningún tipo de aditivos, para los bocatas que a ellos (y a mí) tanto les gustan.