Albóndigas guisadas

Después de casi 800 años de convivencia con los árabes, alguna cosa nos tenían que dejar y mira por dónde, las albóndigas fueron una de ellas. Y que cosa tan rica, bola de carne especiada y cocida en un caldo, luego las hemos ido adaptando a nuestros gustos. Los árabes, por razones obvias no las mezclaban con cerdo, pero a mí me parece que un poco de esa carne las da una jugosidad especial.

Estas no son amarillas, pero están tan ricas que no he podido dejar de ponerlas en este recetario que comparto con todos vosotros.

Ingredientes para 4 personas:

  • 600 grs. de carne de ternera
  • 200 gramos de magro de cerdo
  • 4 rebanadas de pan mojado en leche
  • 1 huevo, 1 cucharada de salsa perrins
  • 1 cucharada de ketchup
  • 1 cucharadita pequeña de concentrado de tomate
  • 1 cebolla pequeña, 1 zanahoria, ½ puerro, 1 ajo
  • 1 cucharadita de perejil fresco picado
  • ½ vasito de vino blanco
  • 1 cucharada rasa de harina para la salsa
  • 1 cucharadita de café de pimentón
  • Caldo de jamón
  • Harina para rebozar
  • Aceite, sal y pimienta

Elaboración:

Echamos las carnes que ya están mezcladas en un bol, las salpimentamos y vamos añadiendo el huevo, la salsa perrins, kétchup, y concentrado de tomate (si queréis alguna otra especia es opcional), mezcláis bien la carne con todo esto y añadís el pan mojado en leche y escurrido, hacéis las bolitas del tamaño que os guste y las pasáis por harina.

Ponemos una sartén al fuego con aceite suficiente para freírlas, no las freímos demasiado ya que se terminarán de hacer en la salsa. Una vez fritas las pasamos a una fuente con un papel absorbente o a un colador, para dejarlas con el mínimo de aceite.

En una cazuela donde nos quepan todas, sin estar apelotonadas, echamos un poco de aceite y a continuación la cebolla, zanahoria y puerro, picados de tamaños similares, dejamos que vayan pochando muy lentamente. Sazonamos con un poco de sal y pimienta, casi al final del pochado añadimos los taquitos de jamón y dejamos que suelten su jugo, freímos una cucharada rasa de harina y una cucharadita de pimentón y lo dejamos cocinar.

Machacamos en el mortero el ajo y el perejil, echamos el vino y todo junto al sofrito, una vez evaporado el alcohol añadimos el caldo y lo dejamos cocer. Nos tiene que quedar la salsa de una textura ligera, para que puedan cocer en ella las albóndigas. En 5 o 6 minutos estarán en su punto, las dejamos reposar hasta el momento de llevarlas a la mesa.

Sugerencias útiles:

Las albóndigas para que queden jugosas, independientemente del aliño que las pongamos, es imprescindible no pasarlas de fritura ni de cocción.

Es una comida perfecta para dejar preparada con antelación, pues ya sabéis que los guisos reposados, ganan de un día para otro.

Un buen acompañamiento para este plato son unas patatas fritas o hervidas, arroz blanco etc.,