Arroz con leche

Yo el arroz con leche lo hago a partir de un arroz blanco que haya sobrado de una receta anterior, y esta forma de hacerlo me ha dado tan buen resultado que, no se si sabría hacerlo de otra manera, y no quiero ni intentarlo, pues me parecería una traición al sistema que tan bien se ha portado conmigo. 

Ingredientes para los que llegue

  • la cantidad que nos ha sobrado de arroz
  • la cantidad que admita de leche vaporizada, o leche entera
  • la cantidad que nos guste de azúcar
  • monda de naranja o limón
  • 1 varita de canela
  • 1 cucharadita de concentrado de vainilla
  • 1 cucharadita de agua de azahar
  • 1 poco de canela molida, si nos gusta

Elaboración: 

El arroz que  ya está cocido, eso que nos ahorramos, lo ponemos en un cazo y añadimos la leche que nos admita, el azúcar que nos guste, una vara de canela y unas mondas de naranja o limón, lo acercamos al fuego y sin dejar de remover, con cuidado para que el arroz no se deshaga más de lo necesario, lo cocemos por espacio de 8 o 10 minutos, y observaremos que la leche va cogiendo cremosidad según se va diluyendo el azúcar. Como el arroz ya estaba cocido, no necesitaremos mucho más para darlo por terminado, pero a mí me gusta dejarlo reposar un poco antes de proceder a emplatarlo.

Si una vez frío observamos que no se ha secado en exceso, estupendo, eso quiere decir que hemos dado en el clavo, si por el contrario está demasiado seco, añadimos un poco más de leche y volvemos al fuego, dejándolo cocer unos minutos más.

Lo repartimos en los recipientes adecuados y tapamos los mismos con papel de plata o film transparente hasta la hora de sacarlo a la mesa.

Sugerencias útiles:

Si preferís hacerlo de forma tradicional, podéis emplear 1 litro de leche entera por 100 gramos de arroz y 70 grs. de azúcar, el resto de los ingredientes son los mismos, lo ponéis a cocer todo en frío hasta que el arroz esté en su punto y cremoso, moviendo constantemente con cuchara de palo. 

Hay mucho ringo rango en la explicación, pero si quitáis la paja os daréis cuenta de lo sencillo que es.