Bacalao en salsa verde con patatas 

Con bacalao, merluza, mariscos, o cualquier otro pescado. Es una forma de alargar unos restos o preparar un aperitivo, el caso es aprovechar todo lo que nos va quedando en la nevera. Patatas paja tardamos un suspiro en hacerlas, pero si os gustan más en rodajas, no importa. En cuanto al bacalao son unas migas que sobraron del día anterior, también puede ser un resto de bacalao con tomate...

Los restos siempre tienen una segunda, incluso tercera oportunidad, ésta es la prueba.

Vaya por delante que la foto que os muestro procede de unas migas anteriormente guisadas, pero os paso la receta para que no la busquéis por otros medios.

Elaboración:

Si las migas o los lomos ya están desalados, pues mira que bien, si por el contrario, están en salazón, los ponemos en abundante agua fría, bien cubiertos, y lo dejamos en la nevera 24 o 48 horas, cambiando el agua dos o tres veces (en el caso de las migas 24 horas y un cambio de agua será suficiente).

Pasado el tiempo sacamos el bacalao del agua y lo escurrimos en un colador.

La guindilla de cayena es opcional, pero le da un toque.

Preparamos la salsa verde, que no es más que una veluté con ajo, cebolla, harina y perejil:

Ponemos una sartén al fuego con un fondo de aceite o mantequilla, antes de que humee echamos los ajos laminados y la guindilla,  cuando estén dorados los sacamos y reservamos. Incorporamos la cebolla finamente picada y dejamos que poche, a continuación, cuando la cebolla esté transparente, incorporamos una cucharada sopera de harina y cuando ésta esté frita añadimos el vino primero, cuando éste haya evaporado el alcohol, añadimos el agua o caldo y el perejil muy picado, o mejor machacado con el mortero, dejamos que todo ello cueza unos minutos y ya tenemos nuestra salsa verde, a la cual incorporamos el bacalao y con el calor residual dejamos que se haga durante unos minutos, pocos.

Freír las patatas no tiene misterio alguno, primero las partimos a nuestro gusto, a nosotros nos gustan en paja y a continuación, en abundante aceite, las freímos como tengamos por costumbre.

Colocamos en el centro de una fuente de servir el bacalao con su salsa, si ésta es demasiada escurrimos un poco, alrededor de la fuente ponemos nuestras patatas y listo. Ya lo podemos llevar a la mesa.

Sugerencia útiles:

Como ya habréis observado, esto son unas simples patatas con bacalao, hechas con unos restos y ligeramente innovadas en su forma. Una forma como otra cualquiera de dar una segunda oportunidad a algo que podría haber acabado en el cubo de la basura o aburriéndonos al repetir el mismo plato.

Ni que decir tiene que lo podemos hacer con bacalao, rape, merluza, con sus correspondientes salsas, o incorporando alguna nueva.