Collares de cordero al ajillo 

Con esta denominación elevamos a los altares un tipo de carne que en otros tiempos era un tanto menospreciada, si alguien pedía en el mercado carne de pescuezo, daba para pensar que su economía no era de lo más boyante,  incluso más de una vez, y más de dos, he oído algo así como: "es más malo que la carne de pescuezo" con eso ya ibas al infierno de cabeza, porque peor no se podía ser. 

Pero los tiempos cambian, y ha pasado como con la falda de los corderos, o de las terneras, que les das otro nombre y los restaurantes de postín preparan platos de lujo. Tenemos que dar las gracias a los que antes eran cocineros y ahora son chefs, por enseñarnos a guisar y también a comer mucho mejor. Gracias.

Ingredientes para cuatro personas:

  • 1 kilo de collares de lechazo (vulgo, pescuezo).
  • 8 dientes de ajo.
  • 1 vaso de vinagre de vino.
  • 1 vaso de cerveza.
  • 1 vaso de agua + 1 pastilla de caldo de pollo.
  • Un poco de perejil muy picado.
  • Aceite de oliva, sal y pimienta negra recién molida.

Elaboración:

En la carnicería ya nos dan el cuello debidamente partido, pero si no es así, pedidlo que ellos tienen mejores herramientas que en casa.

Ponemos la carne sobre la tabla de trabajo y la salpimentamos, a nuestro gusto.

Cubrimos el fondo de una sartén con aceite, no demasiado, y una vez caliente vamos friendo en el mismo los trozos de cordero, no freirlos demasiado, sólo que se doren para que tengan un bonito color, (lo del color es otra cosa, porque cambia cuando pones la salsa, eso deben ser cosas de la química, que a nosotros no nos interesa).

Una vez fritos los vamos sacando a un plato y nos ponemos con la salsa.

Partimos los ajos lo más menudos posible y en la misma sartén los freímos hasta que se doren, y vamos echando por este orden: el vaso de vinagre, pasados un par de minutos el vaso de cerveza, y finalmente, el vaso de agua y la pastilla de caldo desmenuzada, dejamos que cueza todo junto un par de minutos y echamos en la sartén los cuellos ya dorados, lo dejamos cocer todo junto 10 minutos, ponemos el perejil por encima y listo.

Os tengo que decir que este plato es para los que gustan de chupar huesitos y aunque la carne no sea demasiada, con una buena ensalada, una barra de pan para mojar la salsa y un buen queso de la tierra para postre, ya os lo digo, plato de lujo y barato. 

Sugerencias útiles:

Si los niños, y los no tan niños protestan, decidles eso que es muy de madres (por lo menos de la mía lo era): para comer un día gambas, hay que comer muchos días garbanzos, eso es mano de santo.