Collares de lechal en su jugo con menestra 

Collares, es una forma muy cuqui de denominar a lo que siempre fueron pescuezos de cordero, lo aceptamos e incorporamos a nuestro recetario, como una más de las comidas para tiempos de crisis. Que vendrán, seguro. Y no es por desanimaros, pero en lo que respecta a comidas, es mejor estar preparados.

Este es un plato relativamente barato, pero al cambiarlo de nombre se ha encarecido ligeramente, a mas glamur, más dinero, así son las cosas.

Ingredientes para 4 personas:

  • 1 o 2 bandejas de collares de cordero lechal.
  • 1 vaso de vino blanco
  • 4 dientes de ajo, 1 rama de perejil, 1 rama de tomillo y 2 hojas de laurel.
  • Sal, pimienta en grano recién molida, si queréis añadir alguna especia más a vuestro gusto.
  • 1 fondo de aceite de oliva.
  • 1 bote de menestra.
  • 2  dientes de ajo para rehogar la menestra y un poco de aceite para lo mismo.

Elaboración:

Ponemos una sartén o cazuela grande al fuego donde quepan todos los collares bien repartidos, pincelamos con un poco de aceite, los ajos partidos a la mitad y reservamos.

Extendemos los collares sobre una tabla o en la encimera de la cocina, los salpimentamos y sazonamos con las especias que hayamos elegido.

Cuando el aceite de la sartén esté bien caliente vamos colocando cada cuenta del collar sobre la misma, y dejamos que se doren, pero no demasiado, un par de minutos por cada lado. A continuación lo regamos con el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol.

Colocamos sobre la carne la hoja de laurel, el perejil y la ramita de tomillo, tapamos la sartén o cazuela, bajamos el fuego y dejamos que cueza lentamente. Procurad no destapar con frecuencia, para que sude bien y vaya haciendo sus jugos. En 20 minutos más o menos estará listo.

Le toca el turno a la menestra, que tambien podrían ser unas simples patatas fritas, pero lo que a mí me ha quedado en la despensa estos días es, entre alguna cosilla más, un bote de menestra, lo que véis en la fuente de servir.

Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite y los ajos partidos a nuestro gusto, una vez fritos los ajos incorporamos la menestra y dejamos que se fría unos minutos. Ojo que ya está cocida y no queremos un puré, así que un par de vueltas por la sartén y listo.

Hemos llegado al montaje del plato, si se os ocurre algo mejor que el de la foto, adelante y a disfrutar.

Si no os gusta rebañar huesitos, este plato no es recomendable, de lo contrario a chuparse los dedos y a gozar, que para eso estamos en casa.

Sugerencia útiles:

Este plato tiene muy pocas, pero yo nunca me cansaré de repetir que no pasemos demasiado las carnes que, además de no quedar más tiernas, se resecan y "se hacen bola". También es importante la temperatura de la cocción, y en este caso, la temperatura baja es ideal.