Crema de verduras de aprovechamiento

Cuando la nevera está tiritando nuestra imaginación se pone en movimiento y generalmente, al menos en mi caso, da buenos resultados, en esta ocasión, para el disfrute de una crema deliciosa. Se puede decir que es un plato de aprovechamiento, pues es jueves y, este día me dedico a limpieza general de frigorífico para poder volver a llenarlo el viernes, que es día de compra.

En casa no nos gusta el repollo con el troncho, ni las acelgas con penca, ni las espinacas con tallos, de modo que como todo esto también se paga, yo los voy guardando para caldos unas veces o para otras preparaciones, depende de las necesidades.

Ingredientes para 4 personas

  • 300 gramos de tronchos de repollo
  • Un puñadito de tallos de espinacas
  • 4 patatas mini (eran las que quedaban)
  • 1 cebolla pequeña, 1 ajo
  • la parte verde de tres puerros (no las hojas durísimas)
  • 1 calabacín un poco mustio, pero no pasado
  • 1 hueso de jamón
  • Unos restos de tiritas de beicon
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 1 brik pequeño de nata para cocinar ( o leche )
  • Aceite de oliva, sal y pimienta

Manos a la obra:

Ponemos la olla a presión al fuego con un fondo de aceite, echamos el hueso de jamón para que vaya soltando todo el jugo que tenga, dejamos que rehogue a fuego medio bajo, mientras:

Partimos a groso modo las verduras que tengamos, incluidos el ajo y la cebolla, lo incorporamos todo a la olla y dejamos que vaya pochando todo junto muy lentamente, en este caso no ponemos sal, de momento, hasta ver el hueso de jamón como nos deja esto de sabroso.

Una vez bien pochado cubrimos estos ingredientes con agua, solo cubrir, necesitamos que nos quede muy concentrado, tapamos la olla y dejamos cocer todo junto por espacio de 10/15 minutos, depende de la olla.

Ya tenemos cocidas las verduras, sacamos el hueso de jamón, comprobamos como anda de sal y rectificamos si es necesario.

Ponemos las verduras en el vaso de la batidora y echamos el caldo sobrante poco a poco, junto con la mantequilla y la nata, hasta conseguir la textura que nos guste.

Ponemos las tiritas de beicon en una sartén y las doramos ligeramente, las repartimos por encima de los platos.

Ya está, un buen plato de aprovechamiento que sin pérdida de tiempo vamos a disfrutar.

Sugerencias útiles:

No es ninguna tontería guardar los restos que parecen no tener utilidad alguna, para hacer algún platillo como éste, un caldo o enriquecer una salsa. Cualquier cosa antes que tirarlos.