Gambones con pimientos del pikillo

Ingredientes para 4 personas

  • 8 gambones

  • Aceite, vino de jerez, sal y 1 pimienta de cayena

  • 1 o 2 ajos dependiendo de la cantidad que vayamos a hacer, pero tienen que ser de la huerta de Perico, de lo contrario la receta se resentirá.

  • 4 pimientos del pikillo partidos por la mitad

Elaboración:

Sacamos los pimientos del bote, los partimos por la mitad a lo largo y dejamos escurrir, reservando su jugo.

Cortamos las cabezas a los gambones, cortamos no arrancamos, para que los cuerpos queden bonitos dentro de un orden.

Ponemos en una sartén un fondo de aceite y antes de que se caliente echamos un ajo troceado y al mismo tiempo las cabezas de los pobres bichos, la pimienta de cayena y sal,  dejamos a fuego medio que se vayan pochando.

Abrimos los gambones a la mitad, de cabeza a cola (o lo que quede de ambas) y les quitamos la tripa que recorre su delicioso cuerpecillo, esto no es un capricho, es que suele ir cargada de tierra y resulta desagradable al comerlos.

Dejamos los gambones extendidos en forma de libro sobre una tabla, los rociamos con sal, pimienta molida y unas gotas de lima.

Ya estarán pochadas las cabezas. Añadimos un poco del jugo de los pimientos, si está muy seco el sofrito añadimos todo. Esta salsa, una vez pasada por el chino, debe quedar como un aceite.

Extendemos los medios piquillos en la fuente donde los vayamos a presentar y metemos al microondas 30 segundos para que acaben de secarse. Procurando que queden curiosos.

En la misma sartén de pochar las cabezas echamos un poco de aceite y lo extendemos con un pincel. Cuando esté caliente planchamos lo gambones vuelta y vuelta, se retorcerán, no importa eso da más atractivo al plato. Ponemos un gambón sobre cada medio pimiento y en el momento de servirlos lo rociamos con la salsa de las cabezas.

Sugerencias útiles:

La cayena es opcional, hay personas que no soportan el picante o simplemente pensando en que haya niños.

Aqui se aprovecha todo:

Si sobra  aceite del aliño se puede guardar en la nevera para potenciar el sabor de algún otro plato que lleve marisco, una sopa, arroz, etc.