Garbanzos con pisto

Este es también un plato de familia y de aprovechamiento; mi madre que no tiraba nada y sabía dar la vuelta a unos restos y dejarlos como nuevos, nos puso esto a los 4 primos que éramos en aquel momento, y Vicentin, que era un trasto y no debía de estar demasiado conforme con aquello dio un manotazo al plato, sin querer, y dijo que aquellos garbanzos estaban "duros como trompos". Plato en danza, garbanzos por el suelo, castigo para los cuatro, nos quedamos sin cine.

En mi casa a la comida no se la insultaba. Ahora cuando los garbanzos estan duros decimos que están como trompos.

Elaboración:

Ponemos al fuego una sartén o cazuela en la que nos quepan ampliamente todos los ingredientes, y la pincelamos con un poco de aceite, echamos los trozos de panceta, partida en tiras finas o a cuadraditos, rehogamos bien a fuego medio bajo, a continuación echamos los trozos de chorizo también partidos al gusto, echamos encima un chorrito de vino blanco o de cerveza y dejamos que reduzca.

Incorporamos los garbanzos cocidos y rehogamos durante unos minutos para que cojan el gusto de los embutidos, y a continuación el pisto; si vemos que está demasiado seco podemos añadir un poco de agua, o si tenemos caldo de cocer los garbanzos pues mira que bien, pero no tienen que estar caldosos, la consistencia debe ser la del pisto.

Sugerencias útiles

Este puede ser perfectamente un plato para aprovechar restos, un poco de pisto por aquí, unos garbancitos por allá, y en un momento dejamos la nevera lista para rellenar.

Una cosa que yo suelo hacer cuando cuezo legumbres es poner más cantidad de la necesaria y dejar las que no voy a utilizar en un bote de cristal a buen recaudo en la nevera, para un caso de estos o en verano para una ensalada.

Para los garbanzos con pisto, recomiendo que el pisto esté bien entero, es decir las verduras fritas al dente.

Puede ser un plato único al que podemos incorporar unos huevos fritos que estarán de rechupete; pero si es un día como el de hoy que no tengo ni una mala verdura para acompañar a unos codillos ya guisados (Mercadona), se ha convertido en una guarnición perfecta y hemos españolizado el plato, que tanto chucrut y repollo ya cansan.