Huevos revueltos con gambas, ajetes y trigueros

Tan fáciles, como comprar una bolsa de congelados, rehogarlos ligeramente y revolverlos con unos huevos. 

Hasta ahí todo perfecto, pero la anécdota la produjo Pablotillo, nuestro sobrino más pequeño (que ya se ha hecho mayor) cuando tenía unos 5 años y en verano venía a pasar una buena parte del mes de agosto con los tíos de Valladolid, porque "él aquí, para dos días no viene". Pues bien, aquel verano me atacaron los vértigos de forma inmisericorde, y yo le había prometido al niño que esa noche cenaría la receta del título, imposible levantarme de la cama para darle gusto, fue su tío, quien se metió en la cocina, para todo hay una primera vez, y se puso a hacer la cena, precedido de su mala fama de "no saber ni dónde está la cocina". Cuando pregunté al niño ¿qué tal la cena? Me respondió mientras seguía jugando con sus pinturas "para no saber dónde está la cocina, hemos cenado bien", 5 años tenía la criaturita, me le hubiera comido y hoy me arrepiento de no haberlo hecho.

Ingredientes para 4 personas: (Vamos a dejar los congelados para emergencias como la que he contado).

  • 1 manojo de espárragos trigueros delgados
  • 1 manojo de ajetes
  • 2 dientes de ajo
  • 150 grs. de gambas
  • 4 huevos
  • Aceite de oliva sal y pimienta de molinillo
  • Opcional: un chorrito de leche entera o nata para cocinar.

Elaboración:

Partimos los espárragos a mano, hasta donde nos pongan resistencia y del tamaño que más nos gusten, los reservamos.

Partimos los ajetes del mismo tamaño que los espárragos y aprovechando la parte verde sólo hasta donde nos sea posible, también los reservamos.

Pelamos las gambas y freímos las cabezas en un vasito pequeño de aceite, espachurrándolas bien para que saquen su jugo, lo colamos y reservamos.

Pelamos y partimos a nuestro gusto los dientes de ajo, los reservamos.

Llegados a este punto hay quien fríe los espárragos, ajos y ajetes en una sartén con un poco de aceite y todos al mismo tiempo, pero a mí me gustan las verduras muy tiernas, lo crujiente en este caso no me va, os digo como lo hago y vosotros elegís:

Ponemos un cazo al fuego con agua y un poco de sal y cuando hierva echamos los espárragos y los ajetes, en el momento que rompa a hervir de nuevo los sacamos del agua y dejamos que escurran. Los secamos con un papel de cocina y esperamos.

En una sartén amplia (la de las gambas por ejemplo) ponemos un fondito de aceite y freímos los ajos laminados procurando que no se quemen, a continuación echamos los espárragos y ajetes lo más secos posible y el aceite de las gambas, dejamos que rehogue todo junto dos o tres minutos,

Mientras esto sucede batimos los huevos, ponemos un poco de sal y se los añadimos al revuelto, junto con las gambas peladas, lo cuajáis, removiendo con una cuchara de palo, hasta el punto que os guste y tapáis la sartén hasta el momento de servirlos (es opcional añadir a los huevos un chorrito de leche entera o nata para cocinar, salen más cremosos, pero yo no suelo hacerlo).

Sugerencias útiles:

Las gambas me gusta echarlas con los huevos, porque al no freírse no se quedan secas y con el calor residual quedan en un punto muy rico, pero si queréis las podéis rehogar al mismo tiempo que las verduras.

A veces las gambas arroceras, muy sabrosas, son también grandecitas, son un poco más baratas que las de ajillo o plancha, y debemos aprovechar las ocasiones, nuestro bolsillo lo agradecerá.

Tanto los ajetes, como los espárragos, debéis secarlos bien con el papel de cocina, fundamentalmente para que el agua no os ataque con el aceite.

Es importante el punto de los huevos en el revuelto, a esta familia nos gustan muy jugosos, pero si ese no es vuestro gusto, solución: más tiempo de sartén.

Si los dejáis medio crudos, como es nuestro caso, cuajadlos en el momento de servirlos, por aquello de la salmonela.