Lacitos de colores con chirlas y...

....Y lo que encontremos,  que combine medianamente bien con lo que tenemos en la nevera, porque hemos llegado a enero, con sus rebajas, su vuelta a la rutina y su traída y llevada cuesta. Este es un plato para ayudar un poco, porque no nos engañemos, todos vamos a necesitar una paga extra en enero, que esa sí que nos vendría bien.

Ingredientes para 3 personas que bien podrían haber sido 4:

  • 100 gramos aprox. de lacitos de colores
  • 1 ajo, ½ cebolla, 1 tomate mediano
  • 1 puñado de chirlas, ya estaban abiertas y tenían un poco de caldo.
  • 3 vieiras que ya estaban planchadas
  • 6 champiñones
  • 1 loncha de beicon
  • 1 cucharadita de harina
  • 1 chupito de vino blanco seco
  • 1 cucharadita de pimentón picante (si no os gusta dulce, pero le va a dar un toque al plato)
  • Aceite, sal y pimienta de molinillo.

Elaboración:

Mientras hacemos la salsa, ponemos a cocer la pasta, como tengáis por costumbre o según las indicaciones del paquete.

Picamos el ajo en láminas, la cebolla en juliana y el beicon en tiras pequeñas, lo ponemos todo en una sartén y que vaya rehogando, sin aceite, según veáis la grasa que suelta el beicon añadís aceite, o no.

Una vez ligeramente rehogado lo anterior, añadimos los champiñones cortados a vuestro gusto, (controlad la grasa que a lo mejor tenéis que añadir un poco de aceite).

Cortad el tomate en cuadrados, sin piel ni semillas, y lo incorporáis a la sartén, seguid rehogando.

Cortamos la carne de las vieiras en trozos y junto con las chirlas, bien escurridas, a la sartén.

Haced un hueco en el centro de la sartén y añadir una cucharadita de harina y el pimentón, freídlo bien y mezcladlo con el resto de los ingredientes, incorporad la copita de vino y dejad que el alcohol evapore, echad el caldo de las chirlas.

Escurrimos, no demasiado, la pasta y la incorporamos al sofrito, dejamos rehogar unos minutos todo junto, sazonamos con sal y pimienta y a la mesa.

Sugerencias útiles:

No olvidéis, todos los restos utilizables de las comidas preparadas, pueden tener una segunda oportunidad, si los guardamos perfectamente envueltos y etiquetados, para poder utilizarlos en otro momento.

Según una amiga mía, muy amiga,  y esto no es una crítica, hacer esto le da más trabajo que beneficio le reporta, puede que tenga razón, es una mujer muy atareada, pero tirar comida, creo que debería estar penalizado. En otros tiempos nos decían que era pecado y yo,  aunque siempre fui muy descreída, esa fue mi educación y ahí me mantengo y procuro inculcarlo en los demás.

Las cantidades de los ingredientes, pueden variar, en función de vuestros restos y, en el caso de receta nueva, podéis ampliar lo que os parezca en función de vuestros comensales. En nuestro caso los que nos juntamos ese día, somos de poco comer.