Patatas con Gambas y Champiñones

De todos es conocida la pasión que en mí despiertan las patatas, nuestra relación es de amor, amor. Y creo que para esta pasión son muy pocas las recetas que de este tubérculo maravilloso hay en el  blog, pero tranquilos, que enero y su cuesta es el mejor momento para hacer platos ricos con este ingrediente, que no sé cómo se las apañarían hasta que los descubridores nos las trajeron. Es un misterio que a nadie se le ocurriera plantar unas patatitas, con la cantidad de terreno que había sin cultivar en la época. 

Ingredientes para cuatro personas:

  • 4 patatas grandes
  • 250 grs. de champiñones, a mi me gustan los grandes,  así los parto a mi gusto.
  • 250 grs. de gambas arroceras, a veces hay suerte y son hermosas.
  • ½ cebolla mediana, 1 ajo hermoso
  • ¼ de pimiento verde italiano (de los delgaditos)
  • 1 vasito pequeño de vino
  • 2 huevos duros
  • Aceite, sal y 8/10 granos de pimienta negra
  • 1 litro de caldo de pollo o de pescado suave (si no tenéis agua)

Elaboración:

Picamos a nuestro gusto, pero de tamaño similar el pimiento verde y la cebolla, lo reservamos.

Chascamos las patatas de un tamaño que quepan sin problemas en la cuchara, las reservamos en un bol con agua.

Limpiamos los champiñones con un paño húmedo, y dependiendo del tamaño los cortamos a medios o cuartos.

Quitamos las cabezas a las gambas, las pelamos y reservamos.

Ya tenemos todo preparado para empezar a guisar

Ponemos una cazuela amplia al fuego con un fondo de aceite, antes de que se caliente, añadimos el pimento y la cebolla, lo sofreímos a fuego lento para que no se nos queme. Cuando estén a medio hacer añadimos las patatas y dejamos que siga sofriendo todo junto.

Machacamos en un mortero el ajo, el perejil y los granos de pimienta, lo diluimos con un chorrito de vino blanco y se lo añadimos a la cazuela, dejamos que evapore el alcohol. A continuación cubrimos las patatas con el caldo (o agua) caliente y dejamos que cueza todo junto a fuego lento con la cazuela tapada.

Ponemos una sartén al fuego con una pizca de aceite y cuando esté caliente añadimos los champiñones con un poco de sal, los rehogamos y dejamos que suelten su agua, los apartamos en un plato y cuando estén las patatas casi cocidas se los añadimos, junto con su caldito.

En la misma sartén ponemos las cabezas de las gambas, las rociamos con una pizca de aceite y las aplastamos para que suelten todo su jugo, echamos un poco de agua o caldo y lo colamos en la misma cazuela de las patatas. Dejamos cocer hasta que las patatas estén en su punto, momento en el que echamos las gambas y los huevos duros partidos a la mitad. Tapamos la cazuela y la retiramos del fuego, dejamos que repose unos minutos antes de servir.

Sugerencias útiles:

Me gusta hacer este plato con un caldo suave, puede ser de unas espinas de pescado blanco, o de unos huesos de pollo, aunque pienso que con el sabor que le van a dar los champis y las cabezas de la gambas el sabor está asegurado. Pero ahí tenéis la sugerencia.

La podéis hacer más o menos clara, con o sin huevo, de plato único o como primero, cada cual conoce a quienes se sientan a su mesa.