Pechuga de pollo en mermelada de cebolla

Qué no cunda el pánico, que no es una mermelada como tal, pero sí que es la salsa un poco dulcecita y de alguna manera tenía que denominar a esta receta, y es la que mejor se corresponde con la elaboración efectuada.

Si no sois de salsas ligeramente dulces,  a lo mejor ésta no es la vuestra, pero os perdéis una forma muy rica de comer unas pechugas. ¡Probadla que ya veréis!

Ingredientes para 1 pechuga (en dos mitades)

  • 1 pechuga deshuesada y partida por la mitad
  • Hilo para atarlas
  • Harina para rebozarlas
  • 2 cebollas en juliana, 2 dientes de ajo
  • 4 clavos de olor
  • 1 cucharada de azúcar moreno
  • 1 cucharada de miel
  • 1 cucharada de salsa perrins
  • 1 cucharada de salsa de soja
  • 1 copita de vino blanco seco
  • Jengibre en polvo
  • 1 naranja: el zumo, 1 limón: el zumo
  • 2 cucharadas de vinagre de Módena
  • Aceite, mantequilla, sal y pimienta

Elaboración:

Atamos las pechugas y las dejamos con una bonita forma. Las salpimentamos y rebozamos en harina, sacudiendo el exceso de la misma.

Ponemos una sartén a fuego medio alto, con el aceite y la mantequilla a partes iguales y cuando esté caliente doramos las pechugas, procurando que las grasas no se quemen. Una vez doradas sacamos las pechugas y reservamos.

En la misma grasa, y esta vez a fuego lento, añadimos las cebollas cortadas en juliana y los ajos aplastados, si es necesario añadimos mas mantequilla, dejamos que vayan pochando muy lentamente, cuando hayan bajado un poco añadimos: los clavos, el azúcar moreno, la miel, la salsa de soja y la salsa perrins, dejamos que siga pochando todo junto y que coja color, 5 o 6 minutos, no más y a fuego muy lento.

Espolvoreamos con un poco de jengibre en polvo, como si de sal se tratara y añadimos la mitad del zumo de naranja y limón, y metemos en la cocción las pechugas, lo rociamos con el vino blanco y el vinagre de Módena y dejamos que cueza todo junto diez minutos, no más.

Si vemos que el guiso se va quedando muy espeso añadimos el resto de los zumos, aunque la salsa debe de quedar con la consistencia de una mermelada, de ahí el nombre.

Como guarnición puse unas uvas que antes había pasado por una sartén con un poco de vino y azúcar moreno, muy poquito tiempo para que quedaran bonitas. La idea era hacer lo mismo con una naranja, pero la gasté en el zumo. Nadie es perfecto.

Sugerencias útiles:

No es necesario que desde el principio pochen demasiado las cebollas, ya que como veis las espera una larga cocción, pero si es imprescindible que siempre sea a fuego muy lento.

Si las cebollas son muy grandes,  podéis reducir la cantidad, pero tened en cuenta que esta salsa engorda por sí sola con la cebolla. 

Este mismo guiso queda delicioso con un solomillo de cerdo.

Buscad los clavos dentro de la salsa, no es agradable encontrarlos al comer.