Pues que aquí estoy, que he sucumbido a la moda del aguacate aunque, honradamente,  espero que no lo sea, porque tiene tantas propiedades para mantener nuestra salud a raya, que si lo incluyo en mi dieta, no me  voy a morir nunca, pero si se me  ocurriera hacer tal cosa, que se me ocurrirá, sería la muerta m´as sana del cementerio. 

Y ahora voy adejarme de tonterías y me meto en la cocina que es para lo que estoy aqui. Tenemos ante nosotros una fruta muy valorada en los últimos tiempos, ya he dicho por qué,  a la que tendremos que darle un poco de sabor, que es lo que nos gusta a los mediterráneos  a la hora de comer. Los que disfruten con alcaparras, aceitunas, encurtidos y demás, lo tienen bastante fácil, yo a pesar de que lo que ostraigo hoy estaba muy bueno y sabroso, todavía me ando buscando la vida con la cuestión sabores. A todo se llega, si todo se anda.

Y os diré que esta ensalada es una cena ideal, te vas a la cama bastante saciado y con poco trabajo. Esto va para mis queridos vagos, que ultimamente os tengo olvidados.

Vamos allá.

Elaboración:

Preparamos lo primero el aliño y lo reservamos, hasta que llegue su momento.

Ponemos un huevo a cocer en agua fria, durante  10 minutos, contando a partir de que el agua empiece a hacer burbujas. Una vez cocido lo enfriamos y pelamos y partimos en rodajas.

Partimos la cebolla morada lo mas pequeña que podáis sin llorar, que no es para tanto.

Pelamos y partimos el aguacate y procedemos de la misma manera con el tomate.

Sacamos la bola de mozarella de su agua y la cortamos en rodajas.

Abrimos la lata de anchoas y si vemos que están demasiado saladas, las cogemos por un extremo, nos mojamos los dedos (de la otra mano) con agua fría, solo humedecerlos y los pasamos por el lomo de la anchoa, los hipertensos tenemos nuestros trucos para que la sal no nos de la lata.

Vamos colocando todos los ingredientes en el plato, de la forma más bonita que se os ocurra, yo para decorar tengo pocas ocurrencias.

Rociamos con la emulsión, un poco de albahaca y al que le guste el huevo cocido se lo pone, al que le guste la cebolla, que se la ponga.

Pues ya está nuestra ensalada,  que se tarda má en leer que en hacer, pero asi son las cosas; y mis queridos vagonetos, no diréis que os hago trabajar, un plato sano y rapidito.

Sugerencias útiles:

Estos aliños que, generalmente,  los hago en poca cantidad, los suelo preparar en un bote con tapa, para poderlo agitar bien, porque el emulsionado a base de varillas o en su defecto tenedor, tarda una eternidad.

El huevo cocido lo puse solo en mi plato, mi chico no es dermasiado amigo de los mismos. Y como la cebolla cruda, tampoco es lo mío, pues eso,  a cada cual lo suyo.